MERMELADA DE CALABACÍN Y JENGIBRE, de GranCanaria
Esta es una receta fantástica, como toda las suyas de mi maestra y amiga GranCanaria, que ha sido un gran éxito en el Cafetito, mi foro habitual de cocina
Para hacer esta original y estupenda receta necesitamos calabacines, yo he usado unos calabacines verdes muy grandes, y por lo tanto, tenían un poco de pipa en su interior, que he quitado. También he usado jengibre fresco, en lugar del jengibre en polvo de la receta ya que personalmente prefiero el picantillo un poco punzante del jengibre en la mermelada, le dá un toque que me encanta. Y como en toda mermelada, he usado azúcar, en este caso integral de caña, y zumo de limón. En esta mermelada también he utilizado pectina de manzana, con el fin de dar una ligazón al almibar que nos queda en la mermelada.
Can la ayuda de un robot de cocina he rallado los calabacines, y los he puesto en la marmita con el azúcar, unas 12 horas, o toda la noche. Este proceso nos deshidrata un poco los calabacines, y hace que no se nos deshagan en puré con la cocción, y que guarden una cierta textura dura. El peso de partida fué de 4 kg de calabacines, que sufrieron mengua al quitarles la tripa. y de azúcar he usado un paquete de kilo y una taza adicional de azúcar, en la que puse la pectina. La cantidad de jengibre fué de 100 gramos brutos, que perdió un poco al pelarlo. Hay bastante jengibre y se nota un poco en la boca, al final de su consumo, por lo que no creo que sea una mermelada para niños pequeños, aunque...¿Quien lo sabe...?. Ah!!!!! Olvidaba el zumo de un limón hermoso, del que también puse la ralladura de su piel.
Una vez concluido el proceso de maceración, la marmita va al fuego, lento, y dando vueltas, ya que al principio espuma bastante, y si no estamos en ello, se "escapa" todo de la cazuela, así que hay que eliminar la espuma para que el proceso de cocción de la mermelada no nos de la lata.
Cuando ya está bien espumado y limpio, se puede dejar en cocción lenta una hora por lo menos, sin tapar con el fin de permitir la evaporación de una buena parte del líquido y dando una vuelta de vez en cuando, para comprobar que todo vaya estupendamente y que no se nos está pegando la cazuela. Al cabo de este tiempo, aproximadamente, añadir el zumo del limón y el jengibre bien picado y seguir hirviendo otra media hora.
Pasado este tiempo, y habiendose producido una evaporación ya bastante apreciable, y comprobando que la mermelada ya está en su punto, añadimos la pectina. He puesto entre 25 y 30 gramos, no pretendo que quede firme, sino un poco "ligada", con esa cantidad hay suficiente. La pectina se mezcla de forma íntima en una taza de azúcar, mezclándolo a conciencia. Si no lo hacemos así y por ahorrar el trabajo ponemos la pectina directamente sobre la mermelada obtendremos una pelota de pectina que no podremos deshacer de ninguna de las formas, así que ese proceso es insoslayable. Mezclamos el azucar - pectina bien en la mermelada, mantenemos unos 5 - 10 minutos en ebullición y retiramos la martita del fuego.
Si la mermelada es para consumirla en el próximo mes, la guardamos en la nevera sin necesidad de esterilizarla, pero si al menos una parte queremos que nos dure mas tiempo, hay que embotarla y esterilizarla como de costumbre.
No hay que engañarse por el hecho de que sea una mermelada de una hortaliza y no de una fruta... está buenísima. Espero que os guste.
Jengibre troceado pequeño, lo he hecho en la picadora
Calabacín rallado, pero no demasiado pequeño
Añadida el azúcar
Aqui se ve bien que, aunque el azúcar aún no está mezclada con los calabacines, ya ha comenzado a cederle su agua, y el azúcar comienza a humedecerse
Después del tiempo de maceración, el azúcar se ha disuelto completamente, y hay una gran cantidad de líquido en la marmita
Mermelada absolutamente deliciosa, lista para ponerla en donde más nos guste.
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