180 g de harina
40 g de cacao en polvo parcialmente desgrasado
1/2 cucharadita de levadura química
125 g de albaricoques secas esopnjosos y tiernos, cortados en pequeños trocitos.
165 g de azúcar (1)
140 g de pasta de almendra cortado en pequeños trocitos (1)
4 huevos grandes a temperatura ambiente
150 ml de leche entera a temperatura ambiente
70 g de chocolate negro amargo cortado en trocitos pequeños
55 g de jengibre confitados
180 g de mantequilla fundida y enfriada (2)
1.- Precalentar el horno a 180º.
Untar un molde de tarta de 28 cm de longitud y colocarlo sobre una placa de repostería gruesa, y si no disponemos de ella, colocar el molde sobre dos placas superpuestas.
2.- Tamizar conjuntamente la harina, el cacao y la levadura, Reservar esta mezcla.
3.- En un cazo pequeño, poner a hervir unos 250 ml de agua, y cuando rompa a hervir, añadir los albaricoques, esperar a que vuelva a hervir el agua y retirar del fuego. Dejar los albaricoques en infusión un par de minutos para que se hidraten bien. Escurrirlos y secarlos en un papel de cocina.
Queda un bizcocho esponjoso, aromático y suave, con una textura "humedecida" por el chocolate que hemos añadido en pequeños trocitos y que se ha fundido, y en la fotos puede verse que deja unos evidentes agujeros donde ha estado sólido.
Las combinaciones de sabor propuestas por Hermé, de albaricoques secos y jengibre confitado es propia del maestro genial que es, maravillosa y buenísima. ¡ Una receta fabulosa de un genio de la pastelería, Pierre Hermé!
La receta la he conseguido en el blog "Palais des Delices"
http://palaisdesdelices.canalblog.com/