Esta es una versión, con alguna variación, de la magnífica mermelada de papaya de mi maestra, y amiga GranCanaria, la más exquisita repostera del mundo.
He partido de un peso de 2 kg de papayas, maduras, pero no en exceso. Las he pelado, despepitado, también hay que quitar, si las hubiera, las fibras del interior de la fruta. Una vez preparada las papayas, hay que cortar en pequeños daditos, pasarlos a un bol de material inerte, como por ejemplo, acero inoxidable, y añadirle el azúcar, mezclar bien, con el fin de que todos los daditos se impregnen de azúcar, y dejar en reposo 24 horas. Si hace calor conviene que este tiempo pase en la nevera, para evitar fermentaciones. He usado 1 kg de azúcar integral de caña, procedente de la Isla de Reunión. Sabe mucho a melaza, proporciona un sabor intenso y muy interesante con el ron, ya que tienen ambos en mismo origen, la caña de azúcar.
Durante el tiempo de reposo, la fruta soltará una cantidad importante de su agua, quedando el azúcar casi completamente disuelta, y como la fruta se queda muy deshidratada, este procedimiento sirve para mantener la fruta entera, sin que se deshaga completamente.
Llevar el conjunto ya reposado al fuego, hay que reducir el volumen del líquido y hacer que el almibar se concentre. Mientras tanto, lavar dos naranjas sin tratar, y añadir las ralladuras obtenidas de sus cáscaras a la marmita. Con el resto de la naranja procedemos a pelarla y cortarla en blanco, es decir, eliminando completamente todas las membranas, y también conviene revisar que no haya pipas. La cortamos en pequeños daditos, y se los añadimos a la marmita. Aumentará la cantidad de líquido, pero seguimos hirviendo hasta que nos llegue a 106º.
Cuendo hayamos llegado a este punto, y fuera del fuego, le añadiremos una copa de ron añejo, y moveremos el contenido para que el calor residual elimine en gran parte del alcohol del ron, pero nos quedará su sabor, que es lo que nos interesa. Si en casa hay algún problema con el alcohol, podemos proceder a flambear el ron antes de añadirlo a la mermelada.
He partido de un peso de 2 kg de papayas, maduras, pero no en exceso. Las he pelado, despepitado, también hay que quitar, si las hubiera, las fibras del interior de la fruta. Una vez preparada las papayas, hay que cortar en pequeños daditos, pasarlos a un bol de material inerte, como por ejemplo, acero inoxidable, y añadirle el azúcar, mezclar bien, con el fin de que todos los daditos se impregnen de azúcar, y dejar en reposo 24 horas. Si hace calor conviene que este tiempo pase en la nevera, para evitar fermentaciones. He usado 1 kg de azúcar integral de caña, procedente de la Isla de Reunión. Sabe mucho a melaza, proporciona un sabor intenso y muy interesante con el ron, ya que tienen ambos en mismo origen, la caña de azúcar.
Durante el tiempo de reposo, la fruta soltará una cantidad importante de su agua, quedando el azúcar casi completamente disuelta, y como la fruta se queda muy deshidratada, este procedimiento sirve para mantener la fruta entera, sin que se deshaga completamente.
Llevar el conjunto ya reposado al fuego, hay que reducir el volumen del líquido y hacer que el almibar se concentre. Mientras tanto, lavar dos naranjas sin tratar, y añadir las ralladuras obtenidas de sus cáscaras a la marmita. Con el resto de la naranja procedemos a pelarla y cortarla en blanco, es decir, eliminando completamente todas las membranas, y también conviene revisar que no haya pipas. La cortamos en pequeños daditos, y se los añadimos a la marmita. Aumentará la cantidad de líquido, pero seguimos hirviendo hasta que nos llegue a 106º.
Cuendo hayamos llegado a este punto, y fuera del fuego, le añadiremos una copa de ron añejo, y moveremos el contenido para que el calor residual elimine en gran parte del alcohol del ron, pero nos quedará su sabor, que es lo que nos interesa. Si en casa hay algún problema con el alcohol, podemos proceder a flambear el ron antes de añadirlo a la mermelada.
Embotar y esterilizar la cantidad que no vayamos a consumir en un par de semana. La que dispongamos para consumo inmediato debe ser guardada en frigorífico
Nota: Si nos gustan las mermeladas con un sabor especiado, en esta le queda muy bien el ponerle un palito de canela y un par de clavos de olor.
Mermelada lista. Si se emplea azúcar blanco, la mermelada queda de un color amarillo-anaranjado bastante más claro.
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1 comentario:
Estaba buscando mermeladas con papaya, y he encontrado tu blog, me gusta.
Me ha encantado tu receta, ya te contare como me sale a mi.
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