Para este plato conviene usar un tipo de pasta de "fantasía" y de un tamaño grande, en concreto he usado una pasta tricolor, de una pasada promoción de Italia en el Lidl.
Esta preparación de pasta se puede tomar tanto fría como caliente, aunque creo que como está mejor es templada, pero eso es cuestión tanto de gusto como de temporada, así que queda al criterio del cocinero, como casi siempre.
En una sartén antiadherente, o en un wok, ya que se pretende dejar las verduras al dente, calentar un poco de aceite de oliva, y añadir una buena cantidad, mejor dicho, bastante cebolla morada, que es una variedad de cebolla que me encanta para platos cocinados durante mucho tiempo, insustituible en el bacalao a la vizcaina, pero que creo que para saltear se usa poco, y merece la pena, su sabor es delicioso y más suave que otras variedades de cebolla. Las cebollas han de estar cortadas o en rodajas o en gajos, pero no picadas, para que luego las encontremos en el plato. Ponerla con un poco de sal, para que suelte algo de agua, y mantener el salteado a fuego muy vivo, y sobre todo, sin abandonar el fuego ni un momento, ya que si se quema o se oscurece e incluso si se ablanda mucho, arruinamos el resultado. Saltear hasta que nos quede un poco tierna, que no se vea cruda, pero que ofrezca resistencia al diente levemente. Retiramos de la sartén y reservamos.
Cortamos en tiritas de medio centímetro de ancho unos pimientos verdes italianos, dulzones, pero si nos gusta el pimiento verde de asar estará igualmente bien, poonemos en la sartén donde hemos salteado la cebolla un poquito más de aceite y salteamos los pimientos verdes de la misma forma, hasta que nos queden al dente. Retiramos del fuego y reservamos.
Unos calabacines verdes, me gustan muy delgados y pequeños, así casi no tienen "tripa". Si los calabacines de los que disponemos ya están más grandes, abrirlos por la mitad, a lo largo, y quitarles las pipas. Cortarlo en trozos como de 2 x 1 x 1 cm, aproximadamente. Saltearlos en la sartén, a la que hemos añadito un poquito más de aceite, y a medio salteado, aproximadamente, añadir un par de cucharadas de salsa de soja. Les dará un sabor y un color especiales. Hay que tener en cuenta que la salsa de soja tiene mucha sal, así que hay que escatimar la sal en los demás ingredientes para que nos quede un plato correcto.
Ahora vamos a necesitar un buen trozo de lomo de salmón asado. Yo, generalmente, cuando aso salmón me gustar que sobre, y este resto es el que uso para esta pasta. En este caso, asé dos hermosos lomos de salmón bien rebozados con una generosa ración de mostaza a la antigua. Uno de ellos es el que he usado en esta receta. Pero si no hay lomo de salmón asado, podeis usar unos dados de salmón y saltearlos de la misma forma que los ingredientes vegetales, pero con cuidado en la cocción para que no nos excedamos y nos quede el pescado seco.
La pasta, previamente la habremos hervido en abundante agua con sal y un buen chorretón de aceite. Escurrida y a la temperatura en la que queramos servir nuestro plato. Emplatamos con la pasta en el fondo, las verduras encima y el salmón, en lo alto, pero también podeis optar por mezclarlo todo. Resultará rico de cualquier forma.
Espero que os guste, y un saludo para todos.
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