


Aqui, la naranja hervida, queda muy blandita.
El puré de naranja
Listo para entrar en el horno, con una tirita de naranja confitada como adorno
Horneado, pero sin desmoldar
Listo para comer. Deliciosas !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Este blog pretende, de una forma amable,compartir mi cocina con las personas que quieran curiosear un poco en ella, y en lo que ahi hago. Espero que sea de vuestro gusto.
Aqui, la naranja hervida, queda muy blandita.
El puré de naranja
Listo para entrar en el horno, con una tirita de naranja confitada como adorno
Horneado, pero sin desmoldar
Listo para comer. Deliciosas !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Huevos y azúcar blanqueados y espumosos
Masa ya hecha, lista para pasar a manga o pistola
Ya listas para el reposo, con el fin de que se les forme la costra
LISTAS!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Aquí tengo el té matcha pesado y listo para añadir a la nata. Es bastante cantidad la que se necesita.
Nata y té ya homegeneizado.
Añadiendo una de las fracciones de chocolate blanco.
Ganache lista para ponerla a enfriar en la nevera
Ganaché fría y lista para hacer las bolitas.
Masa lista para ponerla en la nevera a enfriar
Pasando las bolitas por azúcar glass, hasta cubrirlas totalmente
Ya preparadas para entrar en el horno
Estas galletas son una magnífica receta de Maktub, forera del Cafetito. Son las mejores galletas de chocolate posibles, de intenso sabor, crujientes por fuera y suavísimas por dentro. Es importante no pasarse de horno, para apreciarlas en todo lo que valen.
Si se sustituye la mantequilla por aceite de sabor suave son bastante más cardiosaludables, y sin embargo, siguen siendo deliciosas.
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Pochando los puerros suavemente, solo tienen que ablandarse un poco, pero no tomar color.
Los he pochado en aceite de oliva, aunque si os gusta más la mantequilla, se puede hacer con ella, y también con una mezcla de aceite y mantequilla, pero en ningún caso debe colorearse el puerro, tiene que quedar muy suave de sabor.
Añadimos el arroz sobre el puerro pochado. El arroz nos tomará la grasa que hay en la cazuela, que impregnará un poco cada grano. En esta etapa hay que mover suavemente el arroz del fondo, ya que no debemos permitir que se nos agarre.
Seguiremos movinedo el arroz hasta que alcance el punto de nacarado, que lo veremos perfectamente, los granos, sin aumentar aún de tamaño, se les va variando el color, y hay un punto en el que parecen hacer aguas, ese es el nacarado.
El siguiente paso es añadirle el vino, conviene hacerlo sobre el fuego un poco vivo, para permitir que se evapore el alcohol rápidamente, y comience la cocción del arroz. No añadir caldo hasta que el vino esté incorporado al arroz.
Comenzamos a añadir el caldo.
Nuestro risotto será tan bueno como el caldo que hayamos preparado para hacerlo. Aqui, en este caso, es un caldo de ave y verdura, al que le he añadido el agua del remojo de las setas, que por su gran sabor, nunca hay que tirarlo.
Y muy importante: EL CALDO HA DE ESTAR HIRVIENDO. Esto es importantísimo a la hora de hacer todos los risottos, los caldos hay que añadirlos hirvientes, poco a poco, y sobre todo, nunca dejar de mover el arroz que se está cocinando. En esto es completamente al revés que una paella.
Se añade caldo, se mueve hasta que se integra en el arroz, se va añadiendo más caldo, y así, hasta que se haga... Conviene que, al añadir el caldo quede todo el arroz cubierto por al menos medio centímetro de caldo... mover... volver a añadir....
Mover, añadir, mover....
Al final de la cocción, el caldo que sobrenada al arroz va adquiriendo consistencia, debido al almidón que el arroz está cediendo. En la foto se abserba que las burbujas que se forman ya son muy "densas"
El arroz ya ha llegado al punto óptimo del risotto, blando pero con un "alma" dura en el centro del grano. Ahí hay que terminar la cocción.
Añadimos FUERA DEL FUEGO la mantequilla, como cálculo aproximado, una cicharada sopera por comensal. Agitamos para distribuirla por el arroz de forma homogénea.
Añadimos el queso parmesano rallado en ese momento, y al mezclarlo con el arroz, notaremos que se vuelve todo cremoso. Ese es el "risotto mantecato" de los italianos.
Y aqui, la foto de un rico risotto, bien mantecado, caliente y fragante.
El risotto no puede esperar a nadie, los comensales deben esperar al risotto.
Servirlo con queso parmesano rallado, por si algún comensal desea añadirle más queso.